13- FLECHAS

Tengo un amigo (es más un conocido que un amigo) que durante muchos años ligaba, o intentaba ligar, de una forma muy extraña. Se acercaba a la chica que le gustaba y le preguntaba: "¿Crees en el amor a primera vista?" El tipo solía obtener respuestas muy variopintas, tales como: “Si, me pasó con mi novio” o “A ver, me lo acabas de preguntar hace media hora” (sí, era un poco pesado), por mencionar algunas. Yo, que incluso tuve la mala suerte de verlo en acción alguna vez, le solía comentar que era lo peor que podía hacer para ligar, ya que ninguna chica en su sano juicio se tragaría algo así. Lo curioso del caso es que al tipo le pasaba de verdad. No mentía. El resto de los mortales, cuando por la noche vemos a una chica que nos gusta, nos la solemos imaginar envuelta en situaciones muy sexuales o en algún divertido malentendido donde, por supuesto, acabas mezclando tu saliva con la suya. A él esto no le ocurría. Él se imaginaba paseos por la playa y cine por las tardes. Yo siempre pensé que era un principio de esquizofrenia o algo así, e incluso le intente convencer de que se hiciera alguna resonancia. Pues bien, tras una vida de escepticismo, doy fe de que el amor a primera vista existe. Este sábado estaba con unos amigos en la cola del Be Bop, ya sabéis, aprovechando el tumulto para robar alguna cartera, cuando conocí a un ángel (o mejor dicho, volví a conocerlo). De repente, me imaginé esas situaciones tan amorosas que siempre he dudado que la mente podía crear a esas horas de la noche. Es tan increíble que no se puede explicar. Se parece a esas historias que escuchas y que no puedes creértelas, pero que te encantaría poder creértelas. Es justo eso, pero contado en primera persona. Es tan grande que te supera, que te asusta. Tras hablar durante un rato, comernos con la mirada y sonreírnos cada dos-tres segundos, tuvimos una despedida con cuatro besos, alguna promesa interior y, por lo menos yo, la vuelta a casa más feliz que he tenido en toda mi vida. Le dije a un amigo: “Estoy seguro que es mi media naranja”. A lo que respondió: “Cuidado, eso es estar dando por hecho que tu también eres la suya”. Ouch!

Posdata: Soñar no es gratis.